Verano, mi estación favorita, seguro que ya os lo he dicho en
alguna ocasión... Me encanta realizar sesiones en exterior en esta época, sus tardes
infinitas de sol, los campos de trigo recién cortado y sus alpacas redondas,
que inevitablemente me recuerdan a quesos gigantes. Los que ya habéis hecho
sesiones conmigo sabéis que soy fan de las eras y edificaciones a medio
derruir, y si ya aparece un ser vivo, tipo perro, gato, ave o rebaño de
ovejas soy feliz. Pues todo eso tuvimos
en la sesión preboda de Verónica y Manolo ¿Podría pedir algo más?! No, teníamos
todos los ingredientes para una gran sesión, y esta pareja fue el complemento perfecto para
las localizaciones que ellos mismos eligieron, ya que les eran familiares por diversos
motivos. Somos
privilegiados por tener estas localizaciones tan bonitas al lado de la ciudad de Teruel.
Fuimos de aquí para allí toda la tarde, buscando el lugar
ideal para cada foto, Manolo no tenía muy claro que una puerta vieja o unos
bebederos de madera fueran el mejor lugar, verdad Verónica? pero aún así se
dejo llevar, y el resultado es el que podéis ver a continuación.
Claro que sin todo el amor que transmiten por cada poro de
su piel, cada sonrisa, cada beso, cada mirada, daba igual donde estuviésemos o
que luz hubiera, que no habría nada que hacer.
Ganas inmensas de que llegue el sábado y veros radiantes de
felicidad!
Gracias chicos por confiar en mi ❤
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